viernes, 20 de mayo de 2011

Muere un prisionero de Guantánamo en turbulentas circunstancias.




Inayatullah, un afgano de 37 años que estaba detenido en la base militar estadounidense de Guantánamo, se ha convertido esta madrugada en el octavo preso que muere en esta base militar que EE UU empezó a utilizar para encerrar a terroristas tras el 11-S. Según un comunicado de las autoridades militares, el preso se habría quitado la vida.

Los guardias de seguridad de la prisión
encontraron al preso, que se encontraba
 
detenido acusado de pertenecer a Al Qaeda, en una ronda de control rutinaria. "Los guardias encontraron al detenido inconsciente y sin síntomas de respiración", asegura el comunicado de las autoridades, que asegura que tras largas tareas de reanimación un médico certificó finalmente su muerte.
El mismo director de la CIA, Leon Panetta, aseguró en una entrevista a una cadena norteamericana tras la muerte de Bin Laden que la información obtenida de los detenidos en las cárceles secretas de la CIA, entre ellas Guantánamo, mediante la polémica técnica de asfixia simulada ayudó a trazar el plan que acabó con su vida.

Conclusión:

Después de todos los debates que hemos podido oír estos días sobre los métodos para sacar información a los presos de EE UU, hace dudar de la legalidad de estas cárceles. Este caso nos hace preguntarnos si el fin justifica los medios, si está bien torturar a una persona para conseguir información. En mi opinión, al torturar a esos presos de Al Qaeda y conseguir información importante podemos evitar futuras masacres, pero es evidente, no es la mejor opción.
Como conclusión final, me gustaría decir, que deberíamos estar por encima de los terroristas y atacarles con medios que tenemos a nuestra disposición, no con bombas sino con la inteligencia y la critica de la sociedad.







Gonzalo Tardáguila 1ºA (Alfredo)

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