martes, 17 de mayo de 2011

EL PARTIDO DE RUGBY QUE SALVO UNA NACIÓN

Nelson Mandela fue el primer presidente negro de Sudáfrica, pero antes de eso tuvo que recorrer un largo camino.
Mandela se convirtió en abogado en 1942. En 1944 ingresó en el Congreso Nacional Africano (CNA), un movimiento de lucha contra la opresión a los negros sudafricanos, del cual llegó a ser líder. Todos los actos de rebelión que llevaron acabo no fueron contra personas, ya que no pretendían derramar sangre. Este movimiento es declarado ilegal, por lo que Nelson pasa a la clandestinidad. Al ser descubierto se le lleva a juicio y es condenado a cadena perpetua. Mientras todo esto tiene lugar se suceden numerosas revueltas, en una de las cuales un pelotón de policías abre fuego contra un grupo de manifestantes desarmados, de los cuales murieron 69. Tras esta matanza se declaró el estado de emergencia en la Nación.

Tras 27 años de prisión, en unas penosas condiciones, Mandela es puesto en libertad por Frederik de Klerk (presidente de la República por el Partido Nacional), debido al gran número de peticiones para su excarcelación.

1994 marca un antes y un después en la historia debido a que Mandela sale elegido como Presidente en las primeras elecciones con sufragio universal.

Al alcanzar la presidencia Mandela se pone como objetivo pacificar y unificar un pueblo dividido en dos razas que se tenían mutuamente un profundo odio.

Una de las estrategias, y la que a mí más me ha llamado la atención, fue la de intentar crear una conciencia nacional en ambas razas a través del deporte. Nelson ofreció su apoyo incondicional al equipo nacional de rugby (Springboks), de cara al Campeonato Mundial que tendría lugar en Sudáfrica. La decisión se basó  en que el rugby era considerado un deporte de blancos, mientras que los negros preferían el fútbol. Había que cambiar esto.Es en este momento, cuando Mandela manda llamar a Peinar (capitán de la selección), quien a pesar de la educación que había recibido bajo las leyes del Apartheid, supera todas esas fronteras y se une a Mandela en su lucha, convirtiéndose en un pilar de gran importancia en la unificación de África. Mandela tan solo le pidió una cosa, una gran hazaña prácticamente imposible de conseguir: “que ganara el Mundial”.




Tras un gran campeonato los Sprinboks se alzaron con el título de campeones. Nelson bajó al terreno de juego para entregar el trofeo al capitán y lo hizo con la camiseta de Peinar (el capitán) puesta, en ese momento el estadio entero calló durante unos segundos debido al golpe de efecto que ese símbolo causó: Mandela apoyando a un equipo de blancos. Pero tras esos segundos el estadio al completo comenzó a corear su nombre, siendo la primera persona de raza negra aclamada por una masa de Africaners (blancos), que eran la mayoría en el estadio.

Y fue entonces cuando Peinar dijo una frase que serviría para unir a todo un país: “El equipo ha ganado el mundial, no solo para los 60.000 aficionados en el estadio, sino para todos lo 43.000.000 de Sudafricanos”.

Nelson también dijo una frase que sirvió de inspiración a todo un paí y que convirtió a dos grupos étnicos antagónicos en una nación: “Creemos que Sudáfrica pertenece a todas las personas que viven en ella, y no a un grupo, ya sea blanco o negro”. 

Podemos pensar que un acontecimiento como este nos queda muy lejos, sin embargo hace casi un año también nuestro país entero se unió tras el triunfo de España en el mundial de fútbol, y esa es la prueba de que el deporte es capaz de acortar diferencias entre las personas, y Mandela supo ver este hecho antes de que muchos lo hicieran o apostaran por él como una forma de unificar un país al borde del desastre, por lo que demostró no solo ser un GRAN LÍDER, sino también una GRAN PERSONA y será recordado como tal.

AIDA BARTOLOMÉ 1ºB: NAIARA GAGO

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