lunes, 7 de marzo de 2011

El ser humano, un animal social.


El pasado fin de semana los informativos telecinco nos deleitaban con esta noticia:

‘’VENGANZA TRAS UNA DISCUSIÓN
Le corta la oreja al perro de su novia
Wall-e se queda con la oreja colgando y finalmente la pierde’’

Como si de un peluche se tratara hablan del tema sin demasiado interés, afirmando que el pobre cachorro de tan solo tres semanas de vida ‘quedó agonizando y con la oreja pendiendo de un hilo mientras lloraba hasta que el veterinario pudo atenderle’. ¿cuál es la pena merecida? Les asombrará ver que el telediario nos mintió, no le cayeron 20 meses sino 20 semanas de prisión. Ya que en España la pena máxima de cárcel por maltrato animal es 1 año(y posible prohibición permanente de tener animales).Eso sí, no sólo personajes como éste quedan totalmente impunes sino que además financiamos con dinero público tortura y crueldad y las llamamos "fiestas" y "tradiciones".

 Ya en el Génesis, Dios le confió al hombre el dominio sobre animales. El hombre no era el propietario, sino un administrador del planeta que, algún día, debería rendir cuentas. Descartes en cambio nombró al hombre unico dueño de la naturaleza, incluyendo a todo ser no-humano. Apoyando sus ideas en un ejemplo sencillo, comparando al animal con un carro, diciendo que si el animal se queja, no se trata de un quejido, sino del chirrido de un mecanismo que funciona mal, es decir, no significa que el eje sufra, sino que no está engrasado. A quien esta noticia no le despierte ni el menor interés, estará de acuerdo con la idea de Descartes de ser los animales no-humanos, otra cosa que complejos autómatas mecánicos carentes de la capacidad de sufrir o de sentir cualquier otra emoción.

Mi opinión, por desgracia o por suerte, es a favor de Nietzsche. No solo los animales tienen sentimientos sino que ademas sufren del mismo modo del que sufrimos nosotros. A diario no se le da la importancia que se merece a noticias como esta o mas crueles. Los animales son amigos incondicionales con los que no puedes comunicarte con palabras, que merecen ser respetados y queridos. A mi parecer, merecen derechos universales, aunque la primera medida a tomar sería el respeto.


En lo que más nos diferenciamos de los animales es en nuestra posibilidad de sentir complejos, sea de superioridad, de inferioridad o de identificación.’
FERNANDO SAVATER.





Ane Arrate, 1ºC

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